El poder de una verdad traslucida en una mirada... desgasta la boca y la deja intacta a la vez, minimiza los espacios, desentiende y pone a puntos los sentidos, entorpece y agiliza las caricias, envuelve al mundo en un abrazo... toca el Cielo con un beso......

Somos inquilinos del viento regalandonos reflejos de espejos en las miradas en una hora joven, discerniendo luceros de noviembre, Venus, o la Osa Menor. Savia dulce y pétalo milenario. Somos la sal que se esconde voluntariamente en la espuma, hojas dóciles...

Es como el preludio de un secreto apenas dicho, apenas callado... flotando impaciente entre una palabra coqueta, la mirada transcrita en la luz brillante que no se evapora, y la certeza taimada... abrazados de complicidad... están... están los versos...