Y que mas...
Somos inquilinos del viento
regalandonos reflejos de espejos en las miradas
en una hora joven, discerniendo luceros de noviembre,
Venus, o la Osa Menor.
Savia dulce y pétalo milenario.
Somos la sal que se esconde voluntariamente en la espuma,
hojas dóciles en el final de la estación lluviosa.
Letras que no se entienden de un muy nuevo o antiguo lenguaje,
minutos sedientos y borrachos al mismo tiempo.
Un cisma profundo entre lo usual y lo extraordinario.
La sonrisa completa bailando con ese suspiro meditante en el pecho,
un pensamiento, un sentimiento... un deseo...
y para ponerle nombre: Completo.
Somos ese punto inescrutable
donde colicionan muchos elementos,
sin predicciones ni profesías,
donde Psique y Eros se encuentran
Y Antonio Canova por fin les dejar ser uno...
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